LA SOMBRA DEL CAUDILLO
La inmortal frase repetida en todas las clases de historia es la siguiente: «Un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla». Sobre esta misma línea podríamos comparar el México actual, en pleno año 2018, y las páginas ya amarillas de La Sombra del Caudillo, publicada en 1929 y basada en hechos cercanos a la Revolución Mexicana. La edición en la cual me baso, tiene un prólogo escrito por Antonio Castro Leal y, en sus palabras, se encuentran también las palabras de otras personas. Por ejemplo, al decir: «La sombra del caudillo [es] una de las mejores novelas de ambiente político de Hispanoamérica», también se ilustran las de un estudio de Margo Glantz donde dice: «Y pienso que nadie ha logrado, con tan acabada perfección literaria, dar cuenta de un fenómeno […], y a la vez definir una retórica que […] se ha mantenido activa hasta este momento». Desde las primeras páginas de La sombra del caudillo, Martín Luis Guzmán nos sitúan en lugares que, ignorando el cambio del paisaje, podrían bien ser los mismos de estos tiempos, ambientes tanto urbanos como naturales:
Se movieron con el cristal, en reflejos pavonados, trozos de luminoso paisaje urbano de aquellas primeras horas de la tarde —perfiles de casas, árboles de la avenida, azul de cielo cubierto a trecho por cúmulos blancos y grandes.
Un relámpago, y luego un trueno, volvieron de súbito a Rosario a la realidad de la tarde y del aire libre […] Arriba el espíritu invisible del Ajusco […] Los cúmulos blancos del comienzo de la tarde eran ya una sola nube morada, plomiza, cuyas volutas se desenrollaban hacia la tierra en cortinas espesas, casi negras…
La historia que se nos narra es la de un gobierno en transición y la de dos figuras que buscan llegar al poder: por una parte la del general Ignacio Aguirre y, por el otro, la de su contrincante, Hilario Jiménez. Sin embargo, es la figura del Caudillo, la emblemática de la novela (aunque su aparición se reduce a sólo dos momentos a lo largo de todo el texto), figura que parece situarse a la par de un personaje como el de Tirano Banderas de Valle Inclán, por la imposición de su presencia e influencia.